viernes, 4 de diciembre de 2015

¿Puede prevenirse un cáncer de mama? 

Dibujo de la anatomía de la mama femenina en el que se muestran los ganglios linfáticos, el pezón, la aréola, la pared torácica, las costillas, el músculo, el tejido graso, el lóbulo, los conductos y los lobulillos.

El cáncer de mama no se puede prevenir, sin embargo estudios recientes parecen demostrar que el riesgo de padecer cáncer de mama se puede reducir realizando ejercicio físico de forma regular (al menos 4 horas a la semana), evitando el sobrepeso  y la obesidad tras la menopausia  y el consumo regular de alcohol.

Además, se ha podido demostrar mediante estudios epidemiológicos, que el uso de tratamientos hormonales sustitutivos durante la menopausia se asocia a un incremento del riesgo de padecer cáncer de mama. El descenso de número de mujeres que reciben este tipo de tratamientos sustitutivos ha coincidido con un descenso proporcional en el número de casos nuevos de cáncer de mama. Por tanto: Evite el tratamiento hormonal sustitutivo tras la menopausia.
Si existe una historia familiar de cáncer de mama es conveniente que se pida Consejo genético, que permitirá determinar si se asocia con una mutación genética (BRAC1, BRAC2).
En mujeres con riesgo muy elevado de desarrollar cáncer de mama existen varias opciones terapéuticas. La paciente, junto con su médico debe valorar las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas y decidir qué opción es la más adecuada.
Las posibilidades terapéuticas son las revisiones frecuentes la mastectomía profiláctica y la quimioprevención.

¿Qué es el consejo genético?  
Se habla de Consejo genético al estudio del patrón genético de un paciente con un tumor, en este caso cáncer de mama.
En primer lugar se realiza una historia familiar para conocer el número de familiares afectados, la edad en la que fueron diagnosticados del tumor maligno y el grado de co-sanguineidad.

Es posible conocer algunas alteraciones genéticas que puedan existir en familiares cercanos, estudiándolas en células de sangre periférica. Con ello se puede saber si una persona es portadora de mutaciones en algunos genes, como los BRCA-1 y BRCA-2, relacionados con el cáncer de mama, cáncer de ovario y otros.

Consejos prácticos
La Oncología Médica está impulsando y promoviendo la formación y funcionamiento de Unidades de Consejo Genético y los servicios de información para pacientes y familiares afectados por una mutación del gen BRCA.
En estas Unidades de Consejo Genético se determinan los programas de seguimiento más adecuados para cada paciente. Se ofrecen consejos individualizados sobre cómo modificar los factores de riesgo que puedan influir en el riesgo de cáncer de mama (tratamiento anticonceptivo, embarazo, etc.), cómo realizar un diagnóstico precoz  y apoyo en la toma de decisiones preventivas quirúrgicas, como mastectomía u oforectomía o médicas (tamoxifeno).

violencia contra las mujeres



Entender las razones últimas que están detrás de la violencia de género supone profundizar en las relaciones entre mujeres y hombres y en el contexto donde tales relaciones se producen. Ese contexto está cargado de historia, de cultura, y por tanto, de valores, ideas, creencias, símbolos y conceptos que pueden explicar por qué en ocasiones la violencia incluso se 'ha naturalizado'.
Al hablar de violencia contra las mujeres es preciso clarificar qué teorías subyacen. Por ello resulta necesario este apartado que recoge algunos conceptos significativos de un marco teórico sobre la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
La violencia de género es todo acto cometido contra el sexo femenino y puede tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico; es decir, la violencia contra la mujer es toda acción violenta que recibe una mujer por el simple hecho de serlo dañándola ya sea física o emocionalmente.  La violencia contra la mujer es un problema de salud pública y es considerada un delito.
El denominar este tipo de violencia como violencia de género indica que es un problema social y una violencia específica que reciben las mujeres por el simple hecho de ser mujeres; es decir, ser relacionada con un origen concreto que establece estas características de género diferenciadas y a las que otorga distinta importancia según una jerarquía de valores que otorga una superioridad al género masculino sobre el femenino.
Por tal motivo es de suma importancia el identificar cuáles son las desigualdades ya superadas y cuáles son las persistentes para lograr una evolución social hacia nuevas identidades tanto masculinas como femeninas. 
Las desigualdades entre mujeres y hombres hunden sus raíces en los estereotipos de género. Si por sexo se entiende el conjunto de diferencias biológicas, género es la diferente adscripción cultural que se le hace a cada uno de los sexos en el proceso de socialización de las personas. Es decir, la asignación de distintos espacios de actuación para mujeres y hombres y, por tanto, de roles, valores, comportamientos, actitudes, expectativas, etc., y éstos pueden variar según el lugar y el tiempo.
La igualdad es el derecho a un mismo trato y de oportunidades en el acceso, ejercicio y control de derechos, poder, recursos y beneficios, sean cuales sean las características individuales.
Ni todas las mujeres son idénticas, ni todos los hombres tampoco. La diversidad es consustancial a la vida. Hablar de igualdad supone respetar la diferencia de mujeres y hombres teniendo en cuenta la diversidad, tanto de unos como de otras, a la vez que corregir la tendencia actual de imposición y generalización del modelo masculino. Se trata, en suma, de que mujeres y hombres sean iguales en la diferencia.
La clave del problema está en cómo se supone que deben ser los modelos masculinos y femeninos en la sociedad, porque los que se muestran y reproducen en la nuestra están muy desfasados y son discriminatorios.
El problema es que mucha gente todavía los considera válidos y por tanto esas ideas tan tradicionales y negativas de la femineidad y la masculinidad se perpetúan en el tiempo.
Como vemos, es nuestro modelo social el máximo legitimador de la violencia de género. Tenemos que ser capaces de cuestionarnos qué tipo de sociedad creamos que genera maltratadores, qué sociedad genera esta patología del vínculo amoroso.
La Violencia de Género – Antes y Ahora
La violencia de género ha existido a lo largo de la civilización en las diversas culturas; razón por la cual algunos de los estereotipos han sido interiorizados y perpetuados por la sociedad a través de los siglos. 
El acceso a la educación y a la información ha permitido a las mujeres el desarrollar una independencia de criterio que ha aumentado sus posibilidades de no tolerar el abuso, discriminación y marginación.  De igual manera, el vivir en un mundo globalizado ha provocado gran movilidad de personas y consecuentemente de ideas, que han logrado que la sociedad tome conciencia de que la violencia de género existe y en dimensiones alarmantes a nivel mundial.
¿Cuáles son los factores que perpetúan la Violencia de Género?
Existen varios factores que perpetúan la violencia de género como lo son los factores culturales, económicos, legales y políticos. 
Los factores culturales incluyen las definiciones culturales de los roles apropiados tanto para hombres como para mujeres y las expectativas del cumplimiento de los mismos dentro de las relaciones.  Existe también una creencia de superioridad inherente de los hombres sobre las mujeres  misma que les da valores y derechos de propiedad sobre las mujeres, así como la noción de la familia como una esfera privada y bajo el control masculino.  Otro de los factores culturales es la aceptación de la violencia como un medio para resolver conflictos. 
En el ámbito económico, los factores más importantes son la dependencia económica de las mujeres y el acceso limitado que tienen al ingreso familiar así como a la educación, formación y empleo. 
Manifestaciones de la Violencia de Género
Usualmente la violencia de género se relaciona únicamente al maltrato o agresión físico o sexual pero la realidad es que la violencia ejercida sobre las mujeres se expresa de múltiples formas y en todos los ámbitos en donde se desenvuelva la mujer.
El maltrato físico se refiere al uso deliberado de la fuerza con la intención de generar una lesión física, daño o dolor.
El maltrato psicológico o violencia psicológica se refiere a los actos que atentan contra la identidad psíquica y emocional así como contra la dignidad de la persona.  Este tipo de maltrato se manifiesta en tácticas de ejercicio de poder y control como lo son la vigilancia, los insultos, las humillaciones, las prohibiciones y las manipulaciones afectivas que tienen como consecuencia el aislamiento y la anulación de la autoestima de la mujer. El maltrato psicológico tiene como objetivo la desvalorización , el dominio, y el aislamiento y se encuentra en todos los casos de violencia de género.
El maltrato sexual incluye cualquier acto de intimidación sexual forzada por el agresor o no consentida por la víctima. 
Existe también el maltrato o violencia económica que se refiere a disponer y administrar los recursos económicos sin consultar a la mujer e impidiéndole acceder a ellos.
¿Cuáles son las conductas que utiliza el agresor?
La violencia psicológica tiene como objetivo la desvalorización, el aislamiento y el abuso social, el control y el dominio y el chantaje emocional.
Las conductas de desvalorización incluyen el tratar a la mujer como inferior, criticarla sistemáticamente, no permitirle tomar decisiones, insultarla o criticar su apariencia, no tomar en cuenta sus opiniones, humillarla y elogiarla alternadamente hasta generarle confusión, entre otras.  Los objetivos de la desvalorización son el hacer sentir a la mujer que, debido a su poco valor, es afortunada por estar en la relación así como también el crearle inseguridad y ansiedad ante cualquier planteamiento de abandono por parte de ella.  Las consecuencias son la destrucción de la autoestima, la distorsión de su auto imagen y el sentirse poco valiosa.
El aislamiento y el abuso social tienen como objetivo el aislar a la mujer para poder ejercer un control sobre ella más eficaz.  Las conductas más comunes son el lograr alejar a la mujer de su familia y amigos a través de tácticas indirectas tales como generar situaciones que le resulten incómodas cuando está con ellos e impedir la relación sobrecargándola de deberes en el hogar.  Las consecuencias de este tipo de abuso son la incomunicación, el aislamiento, dependencia y la ruptura del apoyo social del entorno de la mujer.
Las conductas de control y dominio tienen como objetivo el imponer la autoridad del hombre en la relación y tienen como consecuencia la pérdida de libertad, el miedo y la falta de poder para tomar decisiones.  Las conductas más comunes son las llamadas telefónicas constantes, el pretender conocer en todo momento dónde se encuentra la mujer y cada una de sus actividades; el manifestar celos y sospechas continuamente, el acusarla injustificadamente de coqueteos con otros y el exigir sometimiento y obediencia.
Las amenazas tienen como objetivo principal el impedir que la mujer cuente lo que pasa dentro de la relación así como el impedir que abandone la relación, sus principales consecuencias son el infundir el temor en la mujer y paralizarla a la hora de tomar decisiones.
Finalmente el chantaje emocional utiliza la lástima como técnica para manejar a la pareja imponiéndole la necesidad de hacerse cargo del otro por el sentimiento de culpa que genera este tipo de abuso.  Las conductas más frecuentes son el amenazar con suicidarse si la mujer plantea terminar con la relación, infundir lástima e inducir sentimientos de pena hacia él con argumentos tales como dolencias, problemas en el trabajo, una infancia desdichada, etc.
¿Cómo empieza la Violencia de Género?
A este proceso se le conoce como ‘Escalada de Violencia’ que es paulatino y ascendente de etapas en las que la intensidad y la frecuencia de las agresiones se van incrementando a medida que pasa el tiempo.  Comienza con agresiones psicológicas, subiendo a las verbales y finalmente a las físicas.
Este proceso comienza con conductas de abuso psicológico bajo la apariencia de actitudes de cuidado y protección, prácticamente imperceptibles por su apariencia amorosa, que van reduciendo la seguridad y confianza de la mujer en sí misma.  Este tipo de conductas son restrictivas y controladoras que minan tanto la autonomía como el desenvolvimiento de la mujer con sus cercanos.  Usualmente estas conductas suelen ser el inicio del maltrato y nunca son vinculadas a comportamientos violentos.
Dicha estructura progresiva de la evolución de la violencia provoca que la víctima se acostumbre a la violencia paulatinamente.  Está demostrado que la exposición repetida a cualquier grado de violencia afecta y disminuye la conciencia crítica de percepción y rechazo de la misma, distorsionando el umbral de tolerancia y constituyendo una especie de anestésico ante la violencia.
A este proceso de normalización de umbrales altos de violencia se le denomina habituación, que impide a muchas mujeres detectar la violencia que están padeciendo.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Lamentablemente el factor de riesgo para las mujeres es simplemente el hecho de ser mujeres.  La violencia de género se refleja en todas las edades y estratos sociales.  No existe un perfil de mujer maltratada pero existen rasgos que comparten las mujeres que sufren este tipo de abusos como son una autoestima pendular, miedo, dependencia de la pareja, ansiedad, depresión, indecisión, desmotivación e irritabilidad entre otras.

jueves, 3 de diciembre de 2015

ADICCIONES EN LOS JÓVENES 

SU IMPACTO EN LA SALUD MENTAL


Una adicción es una enfermedad física y emocional, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2009). En el sentido tradicional es una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que ésta causa a la persona.

Las personas pueden volverse adictas a todo tipo de sustancias, actividades o relaciones. Cuando  pensamos en una adicción, normalmente pensamos en alcohol o en drogas ilegales, pero las  personas  pueden volverse adictas a medicamentos, al tabaco, incluso al pegamento. Y algunas  sustancias son  más adictivas que otras: drogas como el crack o la heroína son tan adictivas, que  probarlas una o dos  veces puede ser suficiente para que la persona que las consuma pierda el  control y genere una  adicción.




La droga desarrolla las adicciones, enriquece a los narcotraficantes, roba los sueños, desaparece  el  futuro, amenaza a familias y destruyen como sociedad. La droga mata en su consumo y mata  en su  distribución (Zavala, 2014).
tabla1




De acuerdo a la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, emitida por la CENADIC, presenta la siguiente tabla, donde podemos observa el comportamiento de consumo de drogas en los adolescentes de manera total y por género.


tabla2












En la misma encuesta se observa la tabla que hace referencia a una comparación poblacional de las personas que fueron expuestas a la prevención de drogas y las personas que no fueron expuestas a este tipo de información, así como el consumo de las mismas. La  relación  entre  haber recibido  este  tipo  de  intervenciones  preventivas  con  el  consumo  de drogas  en  el   último  año,  se  muestra  en  el  cuadro 12ª. Aquellos  que  han recibido  prevención  reportan  también  menor consumo  de  drogas;  esta relación  es  más  aparente  en  la  población  total,  en  donde  la  proporción de  quienes  han  recibido  prevención  es  de  1.2%  y  quienes  no  la  han recibido  es  de  2.6%. 


Bajo estas premisas, diversos estudios efectuados con estudiantes mexicanos de educación media, utilizando alguna versión del Drug Use Screening Inventory (Rodríguez, Arellanez, Diaz y González, 1997; Matusí y Sánchez, 2000; Diaz, González y Arellanez, 2001; Diaz, Arellanez y Martínez, 2002; Diaz y García, 2006) dan cuenta de que algunos de los factores más asociados con el uso de drogas son:

  • La agresividad y un bajo control de impulsos,
  • El vínculo con amigos usuarios de drogas y con actitudes o conductas antisociales,
  • Una baja adherencia escolar,
  • El uso inadecuado del tiempo libre,
  • La disfuncionalidad familiar, incluyendo uso de sustancias, desapego, conflicto y violencia o maltrato familiar,
  • Trastornos afectivos como ansiedad y depresión, y
  • El aislamiento y una baja competencia social.

POR ÚLTIMO PONEMOS A TU DISPOSICIÓN ALGUNAS INSTITUCIONES GUBERNAMENTALES DONDE PUEDES RECIBIR INFORMACIÓN RESPECTO A LAS ADICCIONES:

Centro de Integración Juvenil (CIJ)
Blvd. Hermanos Aldama No. 1105. Colonia San Miguel. C.P. 37489. Del./Mun. León, Gto. Telefono (477) 712 14 40. Fax e-mailcijleon@cij.gob.mx.

Emergencias 066
Casa Mata #33 Loma de Pozuelos Guanajuato, Gto.
C.P. 36000 │ Teléfono/Fax: 01 (473) 735 16 00
Fundación de Investigaciones Sociales (FISAC)
sitio web: http://www.alcoholinformate.org.mx

Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC)
Servicio de Orientación Telefónica 24 horas
teléfono: 018009112000

sitio web: http://www.conadic.gob.mx

Instituto Mexicano de Psiquiatría Ramón de la Fuente
Centros de Información en Alcoholismo y Farmacodependencia
teléfono: 01555 56 55 01 85
sitio web: http://www.inprf.org.mx/
Centros de Integración Juvenil (CIJ)
teléfono: 01555 212 1212
sitio web: http://www.cij.gob.mx/